lo esencial es la vitalidad. sin ella un cuadro no vale gran cosa aunque esté pintado con habilidad. hay pintores que se creen genios porque dominan la pincelada delicada y los colores fuertes. se equivocan. las tonterías que pintan no tienen ninguna importancia. mis cuadros serán sencillos e incluso bastos, pero los que entienden de estas cosas saben que tienen algo de la vitalidad de los clásicos y que, por tanto, son cuadros buenos. 

lo dejo dicho para que me entienda el que pueda.